A medianoche

Al filo de la medianoche, y con características de mitin político bochinchero, se perpetró el mayor delito contra nuestra Constitución que este país ha visto en mucho años: la inscripción del Presidente de la República ante el TSE como candidato a la presidencia para el próximo período 2024/2929. Escoltado por el batallón presidencial, rodeado de armas, (en el país más seguro del mundo) y con una multitud de sumisos servidores cyan gritando “Viva el Dictador” se enfrentaron a los seguidores de otro partido político que también pretendía inscribir a su candidato, con quienes forcejearon hasta quitarle el megáfono que sirvió para que Bukele afirmara: “El pueblo salvadoreño va a decidir si quiere seguir construyendo este nuevo El Salvador…(…) No basta con ganar la elección. Necesitamos arrasar en todas las urnas, con tres cuartas partes de la Asamblea, para continuar con el régimen de excepción”.

En su cuenta X el Presidente celebró: “Legalmente inscrito sin ningún voto en contra” sin importarle que estaba traicionando la Constitución que juró defender, y despreciando las numerosas solicitudes de abogados constitucionalistas presentadas al TSE de no admitir la inscripción de Bukele por no cumplir con los requisitos constitucionales. Un presidente en funciones no puede ser candidato a la presidencia, porque se lo prohíben explícitamente más de 5 artículos de la Constitución. ¿Y que se hicieron las Cláusulas Pétreas, que prohíben la reforma de dichos artículos? ¿Las destruyeron los magistrados del TSE?

En este hecho bochornoso han jugado importante papel funcionarios del gobierno, olvidando que la historia los juzgará y les pedirá cuentas de sus actos, a pesar de las excusas absurdas que han inventado para justificar su traición que quedará grabada en la conciencia de los salvadoreños amantes de su Patria y respetuosos de sus leyes, porque el bukelismo no será eterno.

Los magistrados del TSE aseguran que Bukele fue inscrito dentro de los parámetros legales y que actuaron conforme a la ley, amparándose en una resolución emitida por la actual Sala de lo Constitucional que le permite postularse pidiendo permiso de seis meses. Pero los constitucionalistas afirman que una resolución de una Sala impuesta, no está por encima de una sentencia ordenada por la Sala legítima, que en 2014 no permitió la inscripción de Saca para otro período. En resumen, una sentencia de la Sala es de estricto cumplimiento, no así una resolución de una Sala que olvida los mandatos constitucionales.

El nuevo El Salvador que anuncian es un país donde impera el miedo, donde los ciudadanos tienen temor de expresar sus sentimientos y denunciar los abusos cometidos por las autoridades, amparadas en el régimen de excepción, y que ha convertido a las fuerzas de seguridad en grupos de peligro y de abusos contra el pueblo. La gente, por temor a represalias, omite sus nombres pero aseguran que si antes tenían temor de las pandillas, hoy temen a las autoridades, porque una súplica para evitar la detención injusta de un ser querido, tiene como consecuencia prisión para los familiares que intercedieron.

Un profesor relata que estuvo preso 7 meses, fue detenido en su casa y cuando su hijo preguntó el motivo de la detención, lo capturaron también. Cuenta el mal trato, golpes y humillaciones sufridas en los penales por los custodios. Que él tuvo su carta de libertad a los 5 meses, pero lo dejaron libre hasta 2 meses después, y suplica a las autoridades la libertad de su hijo. Una madre contempla a su hijo hospitalizado, que puede quedar parapléjico, tras ser vapuleado por un policía. Y el joven que recibió una serie de balazos por un ex policía, que luego de tomarse 12 cervezas, lo mató porque quiso defender al vigilante injustamente atacado por el ebrio, que exigía salir con su moto, por un lugar no autorizado. ¿Este es el nuevo El Salvador que Bukele nos promete para 5 años más de horror? Sólo nosotros, defensores de la democracia y amantes de la libertad podemos impedirlo.

Maestra.

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