Esta enfermedad no tiene cura, pero es necesario tratarla para que el paciente pueda tener una mejor calidad de vida.
ESTILO DE VIDA.- La enfermedad de Alzheimer es una afección neurodegenerativa progresiva que se caracteriza por el deterioro continuo de las funciones cognitivas, pues afecta en gran medida a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, la capacidad de aprendizaje y el lenguaje.
De acuerdo con los expertos, el avance de esta enfermedad lleva a una pérdida de autonomía y a una necesidad creciente de asistencia en las actividades diarias; por ello, es importante que el paciente inicie un tratamiento a tiempo, con el fin de controlar sus consecuencias.
Aunque actualmente no existe cura para el Alzheimer, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a manejar los síntomas. Estos incluyen medicamentos para la memoria, estrategias como terapias cognitivas y cambios en el estilo de vida que buscan mejorar la calidad de vida de los afectados.
Los síntomas del Alzheimer generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, pasando de ser leves a causar consecuencias graves. Los síntomas más comunes incluyen:
- Pérdida de memoria: dificultad para recordar información es uno de los primeros síntomas y con el tiempo, la pérdida de memoria se agrava.
- Desafíos en la planificación o solución de problemas: las personas pueden experimentar cambios en su capacidad para desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. Puede ser más difícil concentrarse y puede llevar más tiempo hacer cosas que antes hacían más rápido.
- Dificultad para completar tareas familiares: la realización de tareas diarias; ya sea en el hogar o en el trabajo se torna complicada. Esto puede incluir olvidar las reglas de un juego favorito o cómo llegar a un lugar.
- Confusión con el tiempo o el lugar: las personas con Alzheimer pueden perder la noción del tiempo, fechas, estaciones, entre otras. Además de tener problemas para entender algo si no está sucediendo inmediatamente.
- Problemas con la comprensión visual y espacial: esto puede incluir dificultad para leer, juzgar distancias y determinar color o contraste, lo que causa problemas en el momento de conducir o adelantar otro tipo de tareas.
- Problemas de palabras al hablar o escribir: dificultad para seguir o unirse a una conversación, incluso, en medio de un diálogo pausan sin idea de cómo continuar o repetir ellos mismos. También pueden luchar para encontrar las palabras correctas o llamar las cosas por el nombre equivocado.
- Colocación de objetos fuera de lugar: pueden perder cosas y ser incapaces de recordar dónde las dejaron.
- Disminución o falta de juicio: puede haber cambios en la toma de decisiones, evidente en la gestión del dinero o la atención a la higiene personal.
Por esta razón, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aconseja realizar una resonancia magnética antes de comenzar el tratamiento y continuar con seguimientos periódicos.