Democracia y autodeterminación

En las próximas elecciones, siete candidatos han sido propuestos por igual número de partidos políticos para disputar la presidencia de la república. Los salvadoreños en goce de sus derechos ciudadanos podrán, por tanto, elegir entre una amplia variedad de ofertas políticas, desde las tradicionales derecha e izquierda, pasando por las derechas edulcoradas y mezcladas con elementos «progres» hasta la opción del que ha sido el mejor gobierno que ha tenido El Salvador.

De acuerdo con todas las encuestas de opinión, desarrolladas incluso por universidades con un claro sesgo de oposición, el mejor candidato presidencial, el mejor preparado para gobernar, con mayor popularidad y respaldo ciudadano es Nayib Bukele, propuesto por Nuevas Ideas.

Bukele ganó las primarias en su partido político y amparado en una resolución de la Sala de lo Constitucional presentó su candidatura para un segundo mandato.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) mantuvo su tradición, y obligación, de cumplir todas las disposiciones emitidas por la Sala de lo Constitucional e inscribió a Bukele como aspirante a la presidencia. No tuvo ni un solo voto en contra.

El único que se había opuesto a cumplir la sentencia de la Sala de lo Constitucional era el magistrado designado por el FMLN y expresidente del TSE, Julio Olivo. Sin embargo, Olivo solo se abstuvo, no votó en contra.

Ayer Julia Évelyn Martínez, la catedrática expulsada de la UCA —una de esas universidades de oposición con casas encuestadoras—, aseguró que sus contactos en los círculos contrarios al Gobierno le confiaron que el TSE no iba a inscribir a Bukele, no porque no fuera legal, sino porque tenían la «ilusión» y la «confianza» de que el Gobierno de Estados Unidos se opusiera.

Estos políticos que se presentan como adalides de la libertad, de la no injerencia y de la libertad de los pueblos de escoger a sus gobiernos querían una intervención externa para tener alguna oportunidad de llegar al poder. En otras palabras, ante la incapacidad de generar empatía entre los salvadoreños y regresar al poder que perdieron por haber creado un desastre en sus administraciones, soñaban con que un tercero los ayudara.

En cambio, lo que hemos visto es la vocación democrática del presidente Bukele y el respaldo no solo de Estados Unidos, sino también de otros prominentes miembros de la comunidad internacional, convencidos de que el destino de El Salvador lo decidirán los salvadoreños.

Related posts

La estabilidad social del Pulgarcito de América

Respaldo masivo

Certificación dedocentes de educaciónsuperior por el MINEDUCYT

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Leer Mas