El ministro de Deportes justificó el lunes en Rai Radio 1 la creación de esta institución, recordando que «tan sólo en los últimos 18-24 meses, los clubes de 1ª, 2ª y 3ª división han dejado de pagar 100 millones de euros de impuestos (unos 108 millones de dólares)».
ITALIA.- La Federación Italiana de Fútbol (FIGC), la Lega Serie A y los clubes de la élite se han puesto en pie contra un proyecto del gobierno italiano que quiere crear una institución que supervise sus finanzas.
Tras una reunión extraordinaria convocada el lunes por la Lega Serie A, los veinte clubes del campeonato italiano «manifiestan unánimemente su oposición a la proposición de crear una agencia gubernamental para la supervisión económica y financiera de los clubes deportivos profesionales».
«Los clubes reivindican la autonomía del sistema deportivo en relación al político (…) y reiteran una vez más la necesidad de avanzar hacia la plena autonomía de la Lega Serie A dentro del sistema deportivo», indicó la Liga italiana en un comunicado.
Después de la reunión, el presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Gabriele Gravina, pidió «ver de manera urgente al ministro de Deportes, Andrea Abodi, en compañía del presidente del Comité Olímpico Italiano, Giovanni Malago».
Los responsables del fútbol italiano recuerdan que ya existe dentro de la FIGC una institución, la Comisión de Vigilancia de Clubes de Fútbol Profesional (COVISOC) encargada de vigilar las cuentas de los clubes de Serie A.
«Este proyecto es irrespetuoso hacia nuestras instituciones. Queda claro que la COVISOC ya no sería independiente» si el proyecto del gobierno llega hasta el final, advirtió el lunes Gabriele Gravina.
El gobierno italiano quiere poner en marcha una agencia para la supervisión económica y financiera de los clubes deportivos profesionales, en especial apuntando al fútbol y básquet.
El ministro de Deportes justificó el lunes en Rai Radio 1 la creación de esta institución, recordando que «tan sólo en los últimos 18-24 meses, los clubes de 1ª, 2ª y 3ª división han dejado de pagar 100 millones de euros de impuestos (unos 108 millones de dólares)».