Cansados, algunos abrigados y con lesiones físicas, decenas de familias y migrantes solteros arriesgan sus vidas todos los días para buscar un mejor futuro en Estados Unidos. Solo el miércoles, más de 30 migrantes, entre ellos 12 hondureños, fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza de McAllen en la ciudad de Granjeno, Texas, en la zona del puente Anzaldúas, que conecta a México con territorio estadounidense.
Entre los migrantes, fueron encontrados al menos nueve menores de edad que iban junto a sus padres y otros no acompañados.
Después de un mes de trayecto y con la ayuda de desconocidos que se encontraba en el camino, la hondureña Alba Luz, de 38 años, logró cruzar el río Grande y llegar hasta su destino final: Estados Unidos.
Con su bebé en brazos, la madre soltera que vivía en San Lorenzo, en el departamento de Valle, huyó debido a la extorsión, uno de los principales problemas por los que el Gobierno de Xiomara Castro impuso el régimen de excepción desde finales de 2022 y que inicialmente funcionó en Tegucigalpa y San Pedro Sula, pero que luego fue extendido a 298 municipios del país.
La migrante comentó que se dedicaba a la venta de baleadas y que la inseguridad la obligó a salir de Honduras. En su intento de huir de esta situación tuvo un accidente con su hija, quien se fracturó el cráneo y estuvo dos meses en coma. «Este es un milagro. Mi hija ha sufrido», comentó llorando.
«Si usted no paga “el impuesto de guerra” lo mandan a matar, por eso decidí venirme para acá (Estados Unidos) porque si tenía para la comida de mi hija no tenía para cancelar (la renta)», dijo.
«En Honduras hay mucha delincuencia», agregó.
Por la operación de las pandillas, Carlos junto a su esposa y dos hijos también decidieron emigrar desde hace un mes de San Pedro Sula al país norteamericano, con la esperanza de solicitar un amparo migratorio.
Su economía se volvió insostenible por la cuota diaria, semanal o mensual que tenía que destinar para las pandillas. «Solo yo trabajaba y no me ajustaba el dinero por la renta que ellos cobraban», manifestó el mototaxista.
«Al no cumplir, uno tenía problemas con ellos. Recibimos amenazas», detalló. Un día antes de escapar de su vivienda los grupos criminales incendiaron el inmueble. «Lo único que pudimos rescatar fueron nuestros papeles y como una o dos mudadas para venirnos. En Honduras ya no teníamos nada», aseguró.
Aunque desconoce lo que suceda en Estados Unidos, la familia se niega a retornar. «Venimos con la bendición de Dios que sea algo de bien, no podemos regresar a Honduras. Mis familiares me dijeron que los denunciara, pero no quería ocasionar problemas, las autoridades no hicieron nada», señaló el migrante.
En su paso por México logró trabajar algunos días para comprar alimentos; sin embargo, con esos empleos temporales la familia durmió en la calle y hubo días que soportaron hambre. Para proteger a sus hijos de la realidad, los padres les explicaron que todo esto se trataba de una aventura.
Afirmó que si son deportados «no se rendiría» y volvería a intentar ingresar de manera irregular. «No podemos llegar a Honduras», expuso.
«No deseo que mi mamá pase esto al verme muerta en mi país», sollozó.
Aunque ingresen en familia la frontera sigue cerrada
El portavoz de la Patrulla Fronteriza, Andrés García, explicó que muchos migrantes tienen una idea incorrecta de que si cruzan las fronteras en familia será un acceso fácil para quedarse en el país. «Si ingresas de manera ilegal al país vas a ser detenido y van a tener que enfrentarse a la ley. La frontera no está abierta, para poder ingresar el único método es el legal», aseveró.
García recordó a las familias migrantes que las autoridades continúan ejecutando el Título 8, el cual deporta a los flujos migratorios irregulares. «El Título 8 trae consecuencias criminales, en el momento que cruzan la frontera de forma irregular están infringiendo la ley y es un delito federal. La penalidad mínima es de 5 años», indicó.
Para evitar un viaje riesgoso explicó que las personas pueden informarse en la aplicación CBP One. «Desde su casa aplica y obtiene su boleto para tener una cita con un juez de inmigración, y si en dado caso es aprobada, puede obtener un método legal para quedarse en Estados Unidos», declaró.
Antes de enviar a las familias a un centro de procesamiento para verificar su historial, las Patrulla Fronteriza asesora a las familias.