La falta de agua impacta en el rendimiento cognitivo, la atención y la coordinación motora.
ESTADOS UNIDOS.- No beber suficiente agua puede tener efectos secundarios que van mucho más allá de la sed: puede causar problemas cognitivos debido a la deshidratación.
Suele pasar inadvertida la importancia que el agua tiene en el buen funcionamiento del cerebro, el órgano que comanda nuestro cuerpo. Sin embargo, el licenciado Diego Querzé, jefe de Nutrición en Enfermedades Neurológicas de Fleni, explicó que el agua representa el 75 % de la masa cerebral e interviene en la regulación de las funciones cerebrales.
“La disminución de la ingesta líquida y el riesgo de deshidratación aumentan con la edad avanzada. Se observa una relación entre hipohidratación y menor atención y velocidad de procesamiento en adultos mayores. La deshidratación afecta al rendimiento cognitivo, particularmente en tareas que involucran atención, función ejecutiva y coordinación motora”, precisó el especialista.
Y añadió: “La restricción de la ingesta hídrica induce cambios cerebrales (reducción del volumen cerebral y aumento del ventricular), que son reversibles con la rehidratación”.
La deshidratación también provoca una reducción de energía y niebla mental. Un estudio publicado en la revista Nutrients descubrió que beber agua con frecuencia mejora la salud cerebral y previene la somnolencia y la pérdida de memoria.
La deshidratación ocurre cuando una persona consume o pierde más líquido del que ingiere, y su cuerpo no tiene suficiente agua y otros fluidos para llevar a cabo sus funciones normales. Si los fluidos perdidos no son repuestos, la persona se deshidratará.