Según han confirmado sus familiares, el príncipe que protagonizó una vida de escándalos ha fallecido a sus 86 años de edad.
GINEBRA.- «Esta mañana del día tres de febrero de 2024 a las siete y cinco, su alteza real Víctor Manuel de Saboya, príncipe de Nápoles, ha muerto acompañado de todos sus seres queridos. El lugar y la fecha de su funeral serán comunicados lo antes posible». Estas eran las palabras que se podían leer en el comunicado oficial que ha sido emitido tras el fallecimiento del llamado príncipe eterno.
Eran sus familiares quienes sacaban a la luz la triste noticia que ha consternado a Italia y al mundo entero. Y es que, aunque Víctor Manuel no llegó a ser rey por un referéndum en 1946 que convirtió a Italia en una república, su vida no ha pasado desapercibida y ha estado cargada de polémicas, escándalos e incluso cárcel.
Aunque no ha trascendido el motivo exacto de su muerte, según ha indicado la nota de la casa nobiliaria, que reinó en Italia desde el nacimiento de esta en 1861 hasta 1946 (y también brevemente en España, entre 1871 y 1873, con Amadeo I), el hijo de Humberto II, el último rey de Italia, ha fallecido con serenidad rodeado de sus seres queridos.
Es considerado el príncipe eterno ya que, con tan solo nueve años, tuvo que huir exiliado a Portugal junto a su familia al proclamarse en Italia una República. De esta forma, nunca llegó a reinar. Se educó entre el país vecino y Suecia y su vida fue un constante de hechos que generaron muchísima controversia.
Apodado familiarmente ‘Buda’ por su aspecto regordete, se casó con Marina Doria, campeona de esquí e hija de un industrial, a pesar de la oposición de su padre Humberto II al no ser esta una mujer de la nobleza. Tras ello, fijó su residencia en Vesenar, en las cercanías de Ginebra (Suiza) y juntos dieron la bienvenida a su único hijo, Manuel Filiberto.
Una marcha que no solo afecta al país italiano, si no que también tiene que ver con España. Y es que, Víctor era primo del rey Juan Carlos I. Además, entre sus sonadas polémicas, una de ellas tuvo que ver con nuestro país, en concreto, tras la boda del entonces príncipe Felipe y doña Letizia.
Al parecer y según informó la prensa italiana, en una cena que organizó el promio rey emérito con motivo del enlace, el príncipe de Nápoles pegó un puñetazo a su primo Amadeo de Aosta, también descendiente de la familia real italiana y viejo enemigo íntimo. Un hecho que no gustó nada al proio Juan Carlos.