Consumir fruta de cualquier manera es beneficioso pero, si sabemos cuál es la más saludable y cómoda, podremos conseguir mejores resultados de esta ingesta.
ESPAÑA.- La fruta en el desayuno es un complemento maravilloso para obtener los nutrientes que, el resto de componentes de este, no tienen. Pero, es importante, seleccionar correctamente las frutas que incluimos en la primera comida del día para no afectar a nuestros niveles de azúcar en sangre. Empezar el día con buen pie es sencillo siempre y cuando tomemos un desayuno saludable y rico en los nutrientes necesarios para nuestro organismo.
Las frutas ideales para consumir en el desayuno
Aunque, en términos generales, la fruta es buena a cualquier hora del día; es cierto que hay situaciones concretas en las que es mejor seleccionar algunas para ingerir. Normalmente, si tienes problemas con el azúcar o estás en un momento de pérdida de peso, será mejor que no comas ciertas frutas en el desayuno, puesto que puede hacer que consigas el efecto contrario. Las mejores frutas para consumir en el desayuno son:
- Pomelo, limón y lima: estos son los mejores cítricos para consumir. Presentan un índice glucémico bajo y, aunque es recomendable consumirlas enteras, también se puede incluir como aliño a otras comidas.
- Kiwi: otra fruta con bajo índice glucémico y que, además, presenta vitamina K, C y una gran cantidad de fibra.
- Manzana: esta fruta principalmente es buena porque beneficia a nuestra salud digestiva.
- Cerezas: presentan muchas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
La mejor manera de consumir fruta
Consumir fruta de cualquier manera es beneficioso pero, si sabemos cuál es la más saludable y cómoda, podremos conseguir mejores resultados de esta ingesta.
Principalmente, se recomienda comer la fruta lavada, entera y sin pelar siempre que se pueda. Y, siempre que se pueda, evitar hacer zumos de las piezas de frutas ya que pierden nutrientes y aumenta el consumo de azúcares.
Para hacer la fruta más atractiva en el desayuno, siempre puedes añadirle leche, kéfir, yogurt o zumo natural. Y, si aún te parece que le falta algo, añade muesli, cereales, pipas de calabaza o semillas. Le aportarán un toque más crujiente y un aporte extra de fibra.
También podemos, aunque esta sea una mayor elaboración, realizar bizcochos, tartas o creaciones dulces en las que incorporemos la fruta como mermeladas, brownies, bollos o magdalenas.