Aldo Salas, su esposa María, y su perro, están varados en el municipio de Torreón, Coahuila.
ESTADOS UNIDOS.- Es una de esas historias que son muy peculiares: ¿Un perro migrante rumbo a los Estados Unidos de América? Así es. Este es el caso de Sansón, un perro, que con nueve meses de edad, salió de Venezuela con su dueño y dueña, Aldo Salas de 28 años edad y su esposa María, en busca de mejores oportunidades en la nación norteamericana.
Salas manifiesta que desde que tomaron la decisión no quisieron abandonar al perro, por lo que les ha acompañado durante cuatro meses en la travesía hacia los EE.UU. Actualmente, Sansón tiene un año con tres meses de edad.
En una de las anécdotas más duras que les ha tocado vivir en el viaje, el venezolano cuenta que «cuando logramos ingresar por Chiapas, Sansón fue golpeado fuertemente en la cabeza por parte de algunos policías, dejándole una marca visible en su cabeza».
Por otro lado, agrega que al formar parte de la familia, lo alimentan, le dan mucho cariño y que, cuando tienen que subir al tren, «lo cargo en mis hombros para montarlo en los vagones, ya que es un perro muy pasivo. Me lo agarró en un brazo y él se queda quieto, no se mueve ni nada».
El amor por su amigo fiel lo ha llevado a tomar una decisión que es de admirar, expresando que «no voy a permitir que Migración me quite a mi perro, en nombre de Dios, yo tengo mucha fe de pasar a Estados Unidos y llevarme a Sansón conmigo«.
Varados en el municipio de Torreón, Coahuila, el joven asegura que tiene muy claro su objetivo de poder llegar hacía la frontera con ciudad Juárez, a pesar de que las autoridades policiacas de los tres niveles del gobierno mexicano no les permiten subir al tren, pero buscarán alternativas para que, con Sansón y su familia, cumplan con su «Sueño Americano»… Juntos, hasta el final, sin pensar en rendirse.