El agresor la amenazó con consecuencias mortales si revelaba la situación a su madre.
EL SALVADOR.- La tarde del 15 de julio del 2020, una adolescente de 13 años de edad acudió a la residencia de Carlos Humberto Girón con el propósito de recoger un dinero que éste le adeudaba a su madre, quien se encargaba de realizar tareas domésticas y lavar para él.
Al llegar a la ubicación, el individuo la condujo hacia el interior de la vivienda. Sorprendentemente, mientras la joven estaba de espaldas, Girón le colocó un pañuelo en la boca, resultando en la pérdida de la conciencia de la adolescente.
Al despertar se encontró en una cama en la residencia de Girón, sintiéndose adolorida y percatándose de que estaba sangrando. En ese momento, el agresor ingresó y la amenazó con consecuencias mortales si revelaba la situación a su madre.
Este episodio se repitió siete días después, sumiendo a la víctima en el silencio por el temor a las amenazas del agresor. Sin embargo, un año después, reunió el coraje necesario para compartir la verdad con su madre, quien confrontó al imputado. La negación y nuevas amenazas por parte del agresor hicieron que la madre callara, pero la menor, decidida a buscar justicia, acudió a la Policía para presentar una denuncia formal contra su agresor.
Esos hechos fueron presentados ante el Tribunal de Sentencia de Ahuachapán, donde recibió la declaración anticipada de la víctima. Su testimonio claro, sencillo y espontáneo, fue proporcionado de manera natural, respondiendo a las preguntas de la psicóloga forense. La consistencia de sus declaraciones se alineó con otras pruebas documentales y periciales presentadas por la Fiscalía General de la República.
Como resultado de estas pruebas contundentes, el acusado fue declarado culpable y condenado a una pena de 14 años de prisión. Además, se emitieron órdenes de captura en su contra, ya que se encuentra en estado de rebeldía.