EL SALVADOR.- El vicepresidente de la República, Félix Ulloa se reunió con el nieto del ilustre Agustín Barrios Mangoré, figura que ha marcado la historia de la música clásica.
«Me reuní con Héctor Mangoré Leguizamón, nieto del ilustre Agustín Barrios Mangoré, una figura que ha marcado de manera indeleble la historia de la música clásica. Durante nuestra conversación, abordamos la herencia cultural de este maestro, quien desde 1939 eligió a El Salvador como su residencia permanente y el lugar de su descanso final», indicó en su red social X.
Además, como parte del homenaje hacia dicho artista, la guitarrista Elina Chekan ofreció una evocadora interpretación del «Preludio de La Catedral», una de las obras insignias del compositor.
En su primera visita al país, Héctor se dedicó a conmemorar el legado de su antepasado, por tal motivo, junto al promotor de la Escuela Mangoriana, Ramsés Calderón, rindieron un tributo en el Cementerio Los Ilustres y realizaron un recorrido por el Teatro Nacional.
«En este emblemático lugar, se interpretó nuevamente dicho preludio como un símbolo de respeto y conexión con el entorno donde Mangoré compuso esta obra. Este tipo de actividades son posibles gracias al clima de seguridad que hoy prevalece en El Salvador, permitiendo a nacionales y extranjeros disfrutar de la riqueza cultural del país en un ambiente de libertad y tranquilidad», destacó el vicepresidente, Ulloa.
Barrios Mangoré
Agustín Barrios fue un genio de la música, y sus composiciones son consideradas como piezas esenciales en los repertorios de John Williams y otros de los guitarristas más famosos del mundo.
Barrios nació en Paraguay pero, como hombre joven, se fue para siempre en búsqueda de oportunidades, recorriendo la América y Europa en toda una vida de conciertos.
Durante esos años, él adoptó el nombre artístico de “Nitsuga Mangoré”, y hoy día muchas veces es llamado sencillamente “Mangoré”.
Mangoré finalmente se afincó en El Salvador donde recibió el patrocinio del gobierno salvadoreño hasta el final de sus años, como maestro en el Conservatorio de Música. Fue durante este período que enseñó sus técnicas y música a un grupo de 12 guitarristas, aptamente conocidos como los “discípulos de Mangoré”. El último discípulo que sobrevivía fue el Sr. Víctor Urrutia, quien falleció el primero de agosto, 2010.
