En estos primeros cuatro años, entre todos hemos construido una sólida base de la mano de un gran arquitecto; es el único edificio donde la mayoría dicta cómo lo quiere. Si bien hay un plano inicial, el resto lo vamos haciendo día a día, vamos diseñándolo según nuestras especificaciones. Para los próximos años hemos elegido al mismo constructor y a su equipo para continuar con la estructura, siempre hacia arriba, desechamos a los que nos robaban los recursos y pactaban con los terroristas para detener el avance.
Hemos venido hablando de que tenemos todas las variables a nuestro favor: geográficas, monetarias/financieras y demográficas, unidas a las de carácter económico: tecnológicas y de infraestructura, unidas al ámbito social: educación, salud, deportes y tejido social.
Pero el concreto base es la seguridad, la libertad y la paz que nos permite seguir construyendo con confianza.
Los otros pilares de nuestro proceso de desarrollo son consecuencia de lo anterior, el fomento a la inversión extranjera y la creación de un turismo interno y foráneo que crece exponencialmente cada año. Si sumamos el valioso aporte que nuestros hermanos radicados en el exterior envían, cerramos el primer pilar sólido que nos encamina hacia un crecimiento sostenido, que nos acerca cada vez más a un verdadero proceso de desarrollo.
La buena estrategia de los pagos de la deuda dejada por los gobiernos anteriores nos encamina a la consolidación de una verdadera plataforma financiera/regional, potenciando cada vez más nuestra independencia. Es necesario en esta etapa el crecimiento gradual pero progresivo de la capacidad de pago de nuestra eficiente mano de obra en todos los rubros y en todos los niveles, unido al fomento de la pyme como gestores del incremento hacia el pleno empleo y su magnífica contribución en el incremento del consumo.
Alianzas estratégicas como las que recientemente firmó nuestro presidente Bukele con Google Cloud son acciones concretas que nos indican que la base del plan de desarrollo es sólida, que nuestras ventajas competitivas con nuestros pares del área nos posicionan como un mejor destino para futuras inversiones.
Estamos en el momento preciso para comenzar una senda hacia el desarrollo, porque quien dirige el barco comprende totalmente cómo estará constituida la realidad en el nuevo orden mundial en los próximos años. El mundo multipolar que se está gestando requerirá de nuevas alianzas, de nuevos socios, de nuevas relaciones internacionales y de una nueva gestión de los asuntos públicos internos que permiten la agilización de un gobierno digital en todos los rubros.
Estamos siendo testigos del nacimiento de un nuevo mundo, donde están surgiendo nuevos polos de decisiones, nuevos liderazgos con mentalidades diversas, donde el ser humano es el centro, está desapareciendo el mundo unipolar que surgió en las últimas décadas; el debilitamiento del dólar es solo una señal. Los BRICS superaron ya al G-7 en cuanto a la contribución del crecimiento del PIB mundial, eso sin contar los nuevos miembros.
Por todo esto decimos que estamos en buenas manos para crear nuestro propio camino hacia un desarrollo autóctono, el camino recién comenzó alrededor de unos cuatro años.
Decíamos en columnas anteriores que no es la extensión del territorio la que determina un proceso de crecimiento sostenido y un posterior proceso de desarrollo, sino un liderazgo sólido y la actitud positiva hacia el cambio, así como el convencimiento de todo un pueblo de que somos capaces de dar esos pasos cualitativos y cuantitativos en pro de nuestro mejor destino. Una sustancial mejora en los procesos de educación formal e informal son condiciones imperativas para que un conglomerado social alcance cotas de desarrollo superiores, en ese camino estamos. Somos la mayoría que ha alcanzado a comprender en su totalidad este proceso.
Una minoría se ancló al pasado lleno de corrupción y malas prácticas del camino fácil, de vivir de los recursos de la mayoría.
La mayoría de los constructores coinciden en señalar que lo más difícil e importante en una edificación es la consolidación de una buena base; esto permite que el edificio pueda permanecer en el tiempo, pueda crecer cada vez más, con la confianza absoluta de no ser derribado por factores de ningún tipo. Este proceso se consolida cada vez más. Hoy más que nunca necesitamos estar unidos alrededor del fuerte liderazgo de nuestro presidente Nayib Bukele, que guía el proceso con innovación, determinación, honradez y eficiencia.
