En una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, los líderes del Comité de Seguridad Nacional y de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes piden una investigación transparente y pública sobre el exdiplomático que trabajó secretamente para los Castro por 40 años.
En la misiva, los congresistas aseguran que no se puede subestimar la gravedad de esta situación: “Durante más de cuarenta años, Rocha actuó presuntamente en connivencia con la dictadura cubana en detrimento de nuestros intereses en todo el mundo”.
En concreto, al exembajador se le acusa de actuar en nombre de Cuba mientras ocupaba varios cargos críticos en el gobierno de Estados Unidos, incluido su paso por el Consejo de Seguridad Nacional, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, como embajador en Bolivia y Argentina, y como asesor del Comandante del Mando Sur de Estados Unidos tras dejar el Departamento de Estado.