Caballero aseveró que Manuel Flores «no recibió una derrota, recibió una paliza» en las elecciones de presidente de la República, en las que pretendía quitarle el poder a Bukele.
EL SALVADOR.- El comunicador y salvadoreño que vive en España, Mauricio Caballero, aseguró que Nayib Bukele ha trabajado para que El Salvador pase de una cultura «de muerte» a una cultura «de la vida», que permite saber que «estábamos mal con los gobiernos anteriores» y que ahora El Salvador es reconocido a nivel mundial.
Caballero declaró que en el tema de la inseguridad, Bukele «se paró enfrente y no tuvo miedo de afrontarlo como tuvo que afrontarse», evidenciando una drástica reducción en los asesinatos, encarcelando a miles de pandilleros y permitiendo que ahora los salvadoreños se desplacen con tranquilidad.
«Esa es la gran diferencia del presidente Bukele al resto de mandatarios del mundo, que dicen hacerlo, pero no tienen el valor porque tienen o la cola pateada por aquí o por el otro lado», afirmó Caballero. «Bukele fue valiente desde el primer momento que asumió la Presidencia», dijo.
Bukele también ha trabajado en infraestructura, salud y educación, manejo la pandemia, evidenciando estos temas en cadenas nacionales y publicidad publicada en el mismo X del Bukele o de sus ministerios.
«Ahora los salvadoreños y los que vivimos en el exterior, realmente nos sentimos orgullosos… nos identifican por un país que está marcando una historia y un cambio de tendencia a la política de como se hacen las cosas», sostuvo Caballero.
Ante lo anterior, Bukele volvió a ganar un periodo en la Presidencia. Manuel Flores del FMLN, uno de los oponentes que buscaba ganar contra el actual presidente, quedó en segundo lugar con un bajo porcentaje de votos.
«Haber quedado en segundo lugar, representa que usted es el perdedor número uno, Manuel Flores usted es el primer perdedor de esta elección», comentó Caballero, «no recibió una derrota, recibió una paliza», agregó.
Para Caballero, el FMLN no es un partido político de vanguardia son un partido que se quedó anclado a los años 80, «cuando eran felices porque tenían las armas para poder someter al mismo pueblo a base de balas, de eso no han avanzado absolutamente en nada y el resultado es que no tienen ninguna participación en la Asamblea Legislativa», concluyó Caballero.
